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Usted nació rico

Efesios 1:3 ; Romanos 8:35-39 El que ha recibido a Cristo como su Salvador ha sido unido a Cristo, pero en este viaje está yendo por un mundo impío, que tiene una atmosfera hostil. Así, el creyente necesita una atmosfera en la cual pueda respirar. De la misma manera que los astronautas necesitan llevar su propia atmosfera cuando van a la luna, el creyente necesita su atmosfera espiritual para sustentar su vida espiritual cuando está en este mundo. El creyente necesita alimento espiritual, compañía espiritual, ejercicio espiritual, fuerza espiritual y armas espirituales. Dios ha bendecido al creyente con “toda” bendición espiritual (Ef. 1.3) Muchos de esas bendiciones son mencionadas en la carta de Pablo a los Efesios. Dios no reserva nada al momento de dar los beneficios al creyente –todas la bendiciones espirituales están disponibles. Dios no solamente nos ha dado de su riqueza, sino que también Dios ha provisto para el creyente “de acuerdo” a SUS riquezas. No hay ni un be

La llave del tesoro.

Efesios 1:2,3 ; Juan 15:1-10 Los recursos del creyente – todas las bendiciones espirituales – están “en Cristo” (Efesios 1:3). Cristo es la vida del creyente y por lo tanto le proporciona todo lo que necesita. Antes de la salvación el individuo estuvo en Adán, pero después de la salvación el individuo está en Cristo. En Adán el individuo poseía solamente una naturaleza pecaminosa, pero en Cristo posee una naturaleza divina. La naturaleza divina del creyente hace que el creyente quiera hacer la voluntad de Dios. Apartado de Cristo, una persona no tiene una relación con Dios y Dios no tiene una relación con él/ella. Antes de que la persona reciba a Cristo, está imposibilitado de recibir y de ser bendecido con todas las bendiciones que Dios ha provisto. Solamente después de que una persona está “en Cristo” toda la fuente de sus recursos necesarios de Dios, están disponibles para el/ella.  Las riquezas de Dios para le creyente están depositadas en Cristo, y es solamente cuando una

Vida, eterna y abundante.

Efesios 1:1 ; Juan 3:13-21 La vida eterna es producida por la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. A través de su muerte, Jesús pagó la multa por el pecado; a través de su sepultura, ÉL quitó el pecado; y a través de su resurrección, ÉL vive en el creyente. Todo esto involucra el nuevo nacimiento. Por otro lado, la vida abundante es procurada para le creyente a través del Jesucristo vivo, ascendido y sentado a la diestra de Dios el Padre. El creyente que vive sobre la base lo que posee en Cristo, tiene una vida abundante. Se da cuenta de que Cristo, quien vive en su interior, es completamente capaz de suplir todas sus necesidades. La vida eterna es un objeto, en el sentido de que una persona la obtiene a través de poner su fe en el hecho de que la sangre derramada de Cristo es suficiente para la total remisión de todos sus pecados. La vida abundante es un objetivo, en el sentido de que es una respuesta personal a lo que el creyente tiene en Cristo. El que sabe que Crist

Gloria que trae bendición.

Gálatas 6:11-18 Es significativo darse cuenta que la crucifixión es una vía de vida, no solamente una vía de muerte. La crucifixión de Jesucristo no fue el final de su obra de redención, por que ÉL resucitó de la tumba y nos provee de una vida resucitada. Rom. 6:7 dice: “Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”. Esto significa que la persona que ha muerto está libre de la esclavitud y seducción del pecado. La base para la glorificación de Pablo es la cruz de Cristo. Los Judaizantes habían buscado su propia gloria, pero solamente habían encontrado el fracaso vez tras vez. La clase de vida que ellos vivían  a través de auto-imponerse reglas y regulaciones, solo buscaba su propia gloria. Pero todas estas cosas que alcanzaban, estaban solamente en el terreno de la carne y la naturaleza pecaminosa que tenían, lo cual solo contribuía a desarrollar el pecado del orgullo. Esto ha sido siempre un peligro que los creyentes deben enfrentar, y aun ahora sigue representand

Dos cargas.

Gálatas 6:1-10 Hablar de que debemos llevar las cargas los unos de los otros, y luego decir que cada hombre debe llevar su propia carga, suena como contradictorio a simple vista. Esta realidad no es el caso. Dos diferentes palabras se usan en el leguaje original, que la traducirlas significan “carga” en Gal. 6:1-10. La carga de la que habla el versículo 2, es una carga causada por las circunstancias. El primer versículo en este capítulo exhorta al espiritual a restaurar al hermano que ha sido sorprendido en una falta. En lugar de desanimar al hermano cargado y culpable, el consejero cristiano está para ayudar a sostener su vida espiritual. Estamos para ayudar a llevar la carga de tal persona. Estamos para ponernos en su lugar, y hacer de sus cargas, nuestras cargas. Las cargas en el versículo 5 tiene que ver con nuestras responsabilidades como cristianos. El objeto del trabajo personal radica aquí y es parte de nuestra tarea como miembros del cuerpo de Cristo. En un pasaje

Su voto por la victoria.

Gálatas 5:13-26 La carne y el Espíritu Santo son contrarios, el uno se opone al otro. Su razón y sus propósitos están diametralmente opuestos. Cada uno le dice NO al otro. Esto, por supuesto, resulta en un punto muerto para el cristiano. Esto, es el porqué de lo que dice el apóstol: “para que no hagáis lo que quisiereis”. (Gal. 5:17) Un error que muchos de nosotros hemos cometido es que hemos tratado de ganar la victoria sobre la carne a través de nuestra propia voluntad y esfuerzos. Pero esto es lo mismo, que tratar de vencer a la carne con la carne. Estamos tratando de dominar la carne usando nuestra misma carne. ¿Podemos asignar al diablo la tarea de conquistar al diablo mismo?. Alguien ha dicho lo siguiente como una solución a este problema: “El Señor ha votado por mi; el diablo ha votado en mi contra. Cualquiera que sea mi voto, yo le doy la victoria”. Si determinamos caminar en el Espíritu, estamos emitiendo nuestro voto en la manera correcta. Esta es la elección que

Nacido libre.

Gálatas 4:19-31 La lección que Dios tiene para nosotros en este pasaje es que no podemos cumplir los mandamientos en su totalidad cuando lo hacemos con nuestros propios esfuerzos. Solo pueden ser guardados cuando aceptamos a Cristo como Salvador. Entonces, a través del Espíritu Santo que vive en nosotros, la vida de Cristo se cumple enteramente en nosotros. El nacimiento de Ismael fue totalmente un plan humano. Dios no tuvo nada que ver con eso. Lo que viene de la carne no le agrada a Dios, ÉL no lo acepta. Ismael fue un niño nacido de la carne, y siendo que su madre fue una esclava, él también era un esclavo. Con Isaac fue enteramente diferente. Él nació de una madre libre. Su nacimiento fue a causa de la obra de Dios. Así que, el punto importante aquí, es que somos aceptados, a través de la fe en Cristo, y pasamos a ser de la familia de Isaac. Somos los hijos de la promesa, nacidos a través del poder divino de Dios y no de esfuerzos humanos. Hay una fuerte tendencia, de