La reivindicación de Job fue delante de sus “amigos”. Dios le llamó “mi siervo” y le hizo actuar en la capacidad de un sacerdote para con los tres amigos que le habían calumniado tan cruelmente.
No solo necesitamos ver lo que Dios puede hacer con Job, sino que es necesario que veamos lo que Dios puede hacer con nosotros.
Aprendemos de Job, y eso también es parte de la reivindicación. El sufrimiento de los hombres y mujeres de Dios siempre incluye una recompensa o un premio.
Puede ser que no venga en esta vida. Sí vino en la vida de Job, y podemos estar seguros de que eventualmente vendrá para nosotros. La Biblia lo dice y así lo creemos.
La recompensa de Job tenía que ser durante su vida, con el propósito de cumplir el objeto de la lección que Dios quiere presentarnos.
La vida para los creyentes, no termina con sus días en la tierra, sino que continua en el cielo. Todos los creyentes tienen una herencia reservada en el cielo.
La Biblia nos dice en muchos lugares, que no podemos evitar el sufrimiento aquí en la tierra. Pero el sufrimiento no durará para siempre, por lo tanto, debemos ver más allá, hasta el punto donde podamos ver la recompensa que Dios nos dará por la fidelidad de siempre confiar en ÉL.
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. (Santiago 5:11)
Dios no se delita en nuestros sufrimientos o aflicciones, sino que a través de éstas, sus propósitos divinos son realizados. Esto es a lo que Santiago llama “el fin del Señor”; el resultado del trato que nos da Dios, siempre incluye la reivindicación.
Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. (Salmo 37:6)
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.comTomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org