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Mostrando las entradas de noviembre, 2009

¿Qué puedo hacer cuando me enojo?

Efesios 4:17-27 Es evidente que debemos enojarnos con el pecado y odiar todo lo que nos separa de Dios o que nos haga perder la comunión con ÉL. Esto significa que habrán tiempos cuando odiemos lo que otros hagan en contra de la Palabra de Dios. Dicha ira puede ser referida a nosotros como “justa indignación”. Sin embargo, cuando dejamos que la ira haga nido en el corazón, entonces ese creyente ha sido dominado por el pecado; y proyecta ese pecado en una mala actitud hacia otros. En Efesios 4:26 Pablo advirtió que permitir un fuego de resentimiento que permanezca en el corazón de alguno puede convertirse en un incendio: “que no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Debemos hacer que en nuestra practica diaria, nunca nos retiremos sin estar seguros que hemos confesado pecados de actitud o acciones, “porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:20). Jesucristo estuvo enojado con aquellos quienes resistieron a Dios. ÉL los llamó a los fariseos y saduceos “

La unidad espiritual no es automática.

Efesios 4:3-7 La unidad a la que se refiere la Escritura es una unidad espiritual de cada cual que es parte del “cuerpo de Cristo”. Esto es, todos aquellos que han recibido a Cristo como su Salvador personal. Esto significa que nuestra unidad siempre debe está basada en las verdades reveladas en la Biblia, en las cuales encontramos quien es Cristo y qué somos en ÉL. Ninguna unidad que compromete las enseñanzas de la Biblia en cuanto Jesucristo, es una unidad que Dios aprueba. Sin embargo, el ecumenismo de nuestros días más parece estar orientado a la unidad por la unidad misma, que por la unidad de todos aquellos que creen en las verdades de la Biblia. De hecho, la enseñanza de las Escrituras es en algunos casos tan pasada por alto, que para logra esa unidad, algunos grupos tienen su declaración doctrinal redactada en media pagina, o incluso, algunos grupos ni siquiera tienen declaración doctrinal. Dichos grupos tienden a enfatizar el amor de Dios,  y la necesidad de trabajar

¿De quién es prisionero?

Efesios 4:1,2 ; Hechos 16:25-31 Es interesante notar la diferencia entre las maneras que Pablo se refiere a sí mismo en la primera mitad de Efesios y luego en la segunda mitad del libro. En el inicio de la primera mitad, o la porción doctrinal, Pablo se refiere a sí mismo como “apóstol de Jesucristo” (1:1) Pablo enfatizó su apostolado porque tenía un mensaje especial para dar a los creyentes, y ese mensaje fue dado en los primeros tres capítulos. En la segunda mitad de Efesios, la cual hace énfasis en la práctica de los cristianos, Pablo se refiere a sí mismo como “el prisionero del Señor” (4:1). Esta sección final de la carta a los Efesios es una apelación intensa que Pablo hace a los creyentes en cuanto a caminar como es digno de su vocación, y Pablo subrayó su apelación llamándose a sí mismo como “prisionero del Señor” Qué interesante que Pablo tenga este punto de vista. Él fue un prisionero de Roma y se encontraba preso en un calabozo húmedo a causa de la predicación de

¿Cristo se siente cómodo en su corazón?

Efesios 3:14-21 Pablo se refiere a su relación interior con Cristo cuando escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi…” (Gal. 2:20) Así como Pablo oró por los Efesios, también oró para que Cristo pueda habitar en sus corazones y ocupe el trono de sus vidas. En sí, oró para que Cristo esté como en SU casa, y no sea meramente un invitado temporal. ÉL estará completamente “en casa” en nuestras vidas en la medida en que ÉL sea el Señor de nuestras vidas. Cuando le recibimos como nuestro Salvador, ÉL viene a vivir permanentemente en nosotros. Pero ahora nuestra necesidad es ponerle a Cristo en el primer lugar en cada ámbito de nuestra vida, de tal manera que ÉL se sienta como en “SU casa” al vivir en nuestro corazón. Cuando llegamos a este punto, nuestro deseo será el mismo que el de Pablo cuando dijo: “a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muert

Dios está edificando un templo.

Efesios 2:19-22 Jesucristo está edificando Su Iglesia. Cuando ÉL estuvo en la tierra, ÉL dijo: “edificaré mi iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella”. (Mat. 16:18). Somos piedras vivas en el edificio que Dios está construyendo, y también tenemos un rol como co-constructores cuando llevamos el evangelio a otros para que puedan recibir a Cristo como su Salvador. Cristo vino y predicó de la paz; ahora los que le conocemos como nuestro Salvador estamos para predicar el evangelio a otros para que aquellos puedan recibir esta paz. Jesucristo dijo al Padre, “Así como tu me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Jn. 17:18) Justo antes de que Jesús ascendiera al Padre, ÉL dio a los creyentes la gran comisión: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden to

Dios terminó la guerra.

Efesios 2:11-18 Dios ha reconciliado a los Judíos y a los Gentiles consigo mismo. Por eso, cuando los Judíos y los Gentiles reciben a Cristo como Salvador, pueden tener paz entre si, porque están en paz con Dios. Una vez que Dios es su Padre, ellos se pueden llamar “hermanos” entre si. Y es solo cuando los individuos están en buenas relaciones con Dios, que pueden estar en completa armonía entre sí. Esto significa que nuestros problemas raciales más profundos nunca pueden resolverse por completo hasta que los que están involucrados puedan venir directo hasta Cristo y recibirlo como su Salvador y ceder sus vidas al control de Dios. Solo el cristiano tiene una buena base para verdaderamente resolver los problemas que la gente enfrenta. Jesucristo reconcilió a los Judíos y a los gentiles con Dios “en un solo cuerpo a través de la cruz” (Efesios 2:16). El momento en que fueron unidos a Dios a través de la fe en Cristo, ellos fueron unidos entre si. Fueron hechos miembros del mismo

Usted es parte del tesoro de Dios.

Efesios 1: 16-18 De Efesios 1:18 aprendemos que es evidente que somos más que una mera herencia de Cristo. Pablo enfatizó la clase de herencia que somos en Cristo cuando dijo “las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”. Los creyentes son una herencia de las gloriosas riquezas de Dios. Esto nos revela lo que Dios considera de un gran valor en el universo. No son los planetas ni las estrellas, sino la gente. Dios creó el universo con su gran poder, pero ÉL compró la raza humana con la preciosa sangre de SU Hijo Jesucristo. Este universo un día se terminará, y Dios creará nuevos cielos y nueva tierra. Pero el hombre, quien fue redimido por Cristo, permanecerá para siempre. Esto revela cuan importante son los creyentes, para Dios. No es de extrañar que Dios va a mostrar las abundantes riquezas de su gracia a través de nosotros en los siglos venideros (2:7). Por ello, Jesús desea presentar a la Iglesia "a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni a

Reclame su herencia.

Efesios 1:7-14 Una herencia es algo que una persona toma en posesión debido a la relación que tiene con una persona. No es algo que se gana, es un regalo. La herencia del creyente incluye vida en sí mismo. A través de recibir a Cristo como salvador, el creyente hereda vida eterna. Jesús dijo: “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”. (Juan 5:24) La herencia del creyente también incluye todo lo que él necesita para su vida. El creyente es realmente un ciudadano del cielo que está en un peregrinaje en la tierra. De todas maneras, Dios ha hecho que todas las bendiciones espirituales estén disponibles para él. Pablo dijo a los creyentes: “sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios” (1 Cor. 3:22-23) Las riquezas de Dios que están disponibles para el creyente también están enfatizadas en Romanos 8:32 “El que

Bañado con cloro celestial.

Efesios 1:4 ; 1 Pedro 1: 13-21 Hoy en día se habla mucho acerca de “trabajar por Cristo” pero se habla muy poco de “ser como Cristo”. Ser como Cristo significa mucho más que solo seguirle a ÉL como un buen maestro o un buen ejemplo; se refiere a que el creyente tiene que ser moldeado en una replica exacta de Cristo. Esto se logra solamente cuando el creyente permite que Cristo mismo trabaje en su interior. El termino “sin mancha” en Efesios 1:4 significa “libre de incorrecciones”. El creyente debe vivir por sobre los reproches. Este es el potencial de cada creyente ya que está en Cristo, pero esto se lleva a efecto solamente cuando el creyente hace suyos todos los recursos que Dios tiene disponibles para él. El creyente posee una naturaleza que es sin mancha, y tiene que vivir de acuerdo a esa naturaleza. El creyente ha de presentarse santo y sin mancha delante de Dios (v.4). Note que este versículo no hace referencia a un tiempo futuro, como lo es el juicio del creyente. E