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Mostrando las entradas de agosto, 2009

Dejemos que Dios sea “justificado”

Job 32:1-12 El gran principio que subraya el problema espiritual de Job fue dado siglos después por nuestro Señor: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará”. (Lucas 9:23,24) Job esta tratando de aferrarse a su reputación y a sus victorias pasadas. Si queremos lo mejor de Dios, debemos estar dispuestos a dejar a un lado todo lo que podría contar como “algo preciado” para nosotros; de tal manera que Dios haga con nosotros lo que ÉL realmente quiere hacer. Casi podemos ver a Eliú al escuchar los discursos de los otros amigos de Job, ir poniéndose más y más enojado. ¿Por qué no van a los hechos?, ¿por qué no dicen la verdad?, ¿por qué Job se justifica a sí mismo?, ¿por qué Job no se ve a sí mismo como Dios lo ve? Eliú dimensionó el asunto muy claramente. Las razones que da por su enojo (Job 32:2,3) son más valiosas de

Es mejor cuando depende de Dios.

Job 31:6-8 , 33-35 Job era un hombre fuera de lo común. Él hizo muchas cosas nobles. Estaba pendiente en varias maneras. Él era la clase de hombre que, una vez humillado delante de Dios, podía confiar con más responsabilidad. Las Escrituras dice que la persona que es fiel en pequeñas cosas, será fiel en cosas mayores. (Mateo 25:23; Lucas 16:10). Pero el orgullo de Job aún estaba evitando que él disfrute lo mejor que Dios le tenía preparado. No era una decisión fácil para Job, pedirle a Dios que le pese en balanza. Job era un hombre casto, temeroso de Dios, honesto y sincero. Él estaba dispuesto a poner sus virtudes en balanza, al igual que quería que su adversario pusiera sus acusaciones en el otro plato de la balanza; para que Dios observe y dé un veredicto final. Job pensaba que, siendo que él siempre honraba a Dios, todo se inclinaría a su favor. Él estaba seguro que Dios siempre le daría SU favor. Esta fue su apreciación personal del asunto. Sin embargo, nadie puede estar a

Confianza en Dios, no en hombre

Job 13:4-15 En cuanto vamos leyendo en Job 13, Job nuevamente dijo con mucha fuerza sus argumentos para no dejar que sus “amigos” arbitren su caso por él. Job les declara que él mismo llevaría su caso hasta Dios. Job pone a un lado a sus amigos y les dice que lo que ellos saben él también lo sabe, y que no hay en Job nada que le haga inferior a ellos. En todos estos discursos, tanto de Job como de sus amigos, observamos amargura. Lamentablemente vemos que algo de sus palabras ahora son un patrón de conducta para los creyentes de hoy. Job estaba sufriendo mucho en cuerpo y alma, y los discursos de Elifaz, Bildad, y Zofar añadían más tormento a su ya abrumado corazón. Job expresó con fuerza su resentimiento en contra de la injusta situación que le estaba sucediendo. De vez en cuando él se desahogaba diciendo lo que estaba dentro de su corazón, y sin embargo lo que decía a menudo eran declaraciones notables de la verdad acerca de Dios. De lo que ya hemos visto en el capítulo 1

Consejo basado en tradiciones.

Job 8:1-10 Bildad no apeló a la voluntad revelada de Dios, sino solo a la sabiduría que los padres pudieron haber tenido. Él preguntó si Dios pervierte la justicia. La respuesta, por supuesto, es no. Entonces Bildad usó este principio para argumentar que Job perdió sus hijos a causa de alguna transgresión de parte de ellos. Él también inculpó a Job con falta de pureza y rectitud. Esto no ayudó mucho a un hombre que, según Job 1, ofrecía sacrificios a Dios solamente por si acaso sus hijos hubiesen hecho algo ofensivo para Dios, no importaba si hubiese sido por algo que dijeron, o algo que hubiesen hecho. Entonces, acusarlos por algún pecado tan grande que todos ellos murieron el mismo día, sería una  terrible acusación. Los argumentos de Bildad fueron todos de apariencia y basados en suposiciones. Él usó muchos “si”. Él realmente no sabía los hechos, sino que solamente los “suponía”. Así era la forma en que tomaban los hechos que le acontecieron a Job, y así mismo los interpreta

Consejo basado en la experiencia humana

Job 4:1-7 Elifaz posiblemente era el mayor del grupo de amigos que acompañaban a Job; y supuestamente también era el más sabio. De todas maneras, mayor edad no significa más sabiduría. La filosofía de Elifaz estaba basada en lo que nosotros llamamos hoy “observación general”. Él decía tener una clase de visión, en la cual él ponía mucha confianza. Varias veces en Job 4 él hace mención de lo qué él ha visto y experimentado. Elifaz usó lo que hoy se denomina “aproximación psicológica”, él primero elogió a Job y luego lo condenó. Elifaz se basó en gran medida en sus observaciones, las cuales están relacionadas a sus experiencias. Ninguno, hasta donde él sabía, había padecido si era inocente. Sufrir, de acuerdo a su experiencia, era siempre el resultado del juicio de Dios por los pecados. La conclusión de Elifaz, fue que Job no era la excepción a esta regla, y estaba siendo castigado por algún pecado que ha cometido. Algunos aun tiene la misma forma de ver las cosas hoy en día.

Se necesitan amigos verdaderos.

Job 2:11-3:5 Los amigos pueden ser muy valiosos. El tipo correcto de amigos pueden ayudarnos en los momentos difíciles de la vida. Pero la calidad de amistad mostrada por estos tres hombres deja mucho que desear. Cuando ellos vieron la difícil situación de Job, se quedaron sorprendidos. Apenas podían pensar. El hombre a quien ellos habían conocido como uno de los grandes hombres de ese lado del mundo, ahora está enfermo y sentado sobre un montón de cenizas. Ellos estuvieron en silencio por siete días, sin darle a Job ningún consuelo. No dijeron nada, y aparentemente Job tampoco dijo nada en todo ese tiempo. Pero Satanás seguía presionando, y finalmente al fin de esos siete días, Job abrió su boca y maldijo el día en que nació. A raíz de todas esas pérdidas combinadas, viene la reina de todas las pérdidas, Job empezó a perder la fe, y empezó a dudar en cuanto a si Dios en verdad cuidaba de él. Este fue el momento más importante en la experiencia de Job. El maldijo el día en qu

¿El amor de Dios?

Job 2:1-10 Satanás no se dio por vencido fácilmente. No tuvo éxito la primera vez, por eso mismo volvería a intentar su ataque. Él ya había quitado a Job todas sus posesiones y su familia, pero ahora iba a tocar a Job en donde pensaba que todas las personas son vulnerables. Lo que Satanás se proponía era añadir sufrimiento físico a los problemas que ya tenía, suponiendo que lo llevaría hasta un punto en el cual Job quedaría destruido. Dios le había dado su permiso, así que Satanás trajo una terrible enfermedad sobre Job. Algunos creen que fue una forma de lepra negra, que es una forma de lepra más terrible que existe. Aun después de todo eso, Satanás no siguió molestando a Job; pero algo peor estaba aun por venir. La esposa de Job le dijo: “¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (v.9) Ella debió haber pensado que Dios, al cual Job servía, se había olvidado de Job. Posiblemente ella pensó que Dios, no podía ser un Dios de amor, siendo que ha permitido que todo

La victoriosa fe que derrota a Satanás

Job 1:12-22 De acuerdo a Job 1:12 el Señor dio a Satanás permiso para afligir a Job hasta un cierto punto. Dios dijo a Satanás que podía hacer lo que quiera con todo lo que Job tenía, pero no debía tocar a Job. Así Satanás lo hizo. Satanás organizó un ataque masivo y frontal para probar que Job no era lo que Dios decía que Job era; pero el propósito de Dios era mostrar que Job era un hombre de Dios. Cuando las grandes calamidades empezaron a llegar a la vida de Job, no fueron los rayos de Satanás que cayeron sobre Job, ni tampoco las tempestades de Satanás que cayeron sobre Job. Los rayos y tempestades pertenecen a Dios. Satanás solamente tenía el permiso de Dios para usarlos, hasta Job pudo ver esto, él dijo: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (v.21) El carácter de una persona es revelado generalmente cuando experimenta crisis en su vida de manera sorpresiva. Cuando no hay tiempo para reflexionar, nuestra naturaleza verdadera es revelada. Esto es

Una idea que fortalece

Job 1:6-11 En los primeros dos capítulos del libro de Job, Dios nos da una mirada de lo que sucede en el cielo. Así pues podemos ver lo que sucede en la tierra visto desde el punto de vista del cielo. No hay duda que si Job hubiese podido ver este “concilio celestial” antes y durante sus pruebas, él hubiese podido responder a sus amigos de una manera muy diferente. Pero Dios no le permitió saber nada sobre esta escena celestial que se nos presenta a nosotros. Ni siquiera Dios, le explicó al momento que finalizaron sus pruebas. Dios no le permitió aprender antes, pero sí después de ir al cielo. El propósito eterno de Dios para Job podría haber sido frustrado si a Job le hubieran explicado sus pruebas. Si Job hubiese sabido todo eso, o lo que estaba sucediendo en el cielo, no hubiese sido necesario tener FE. Sin FE, es imposible agradar a Dios, nos dice Hebreos 11:6. Job nunca hubiese podido ser purificado, como el oro es purificado por el fuego; si él no pasaba por esta prueba

Cualidades que agradan a Dios

Job 1:1-5 En unas breves, pero muy acertadas frases, Job es descrito en los primeros versículos de este libro: “Hubo en tierra de Uz, un varón llamado Job, y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. (Job 1:1) Primeramente, se dice de él que era “perfecto”. Esta palabra no se refiere a que él nunca pecaba, sino que se refiere a que Job deseaba de todo corazón agradar a Dios. En segundo lugar, Job es descrito como un hombre “justo”. Él tenía una buena relación con otros seres humanos, la cual se debía a que tenía una buena relación con Dios. Él era un hombre con una muy inusual devoción. En tercer lugar, Job fue un hombre temeroso de Dios. En el contexto del Antiguo Testamento, se refiere a un hombre que tiene una confianza reverencial de Dios, acompañada de un odio al mal. “El temor de Dios es el principio de la sabiduría” (Salmo 111:10; Proverbios 9:10). Con esa confianza en Dios, crece una sensibilidad al pecado para reconocerlo y odiarlo. En c

También podemos hacerlo

Santiago 5:16-18 La Biblia dice que Elías fue un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, otra traducción dice: “que era como nosotros en todo” ( Santiago 5:17 BLS ). Dios nos permite ver donde falló Elías, por lo mismo debemos pensar que no estamos frente a un hombre perfecto. Él fue un ser humano como cualquiera de nosotros; pero lo que le hace especial y le coloca aparte de todo el grupo, es que él confiaba plenamente en Dios. Lo que Elías pudo hacer, es posible para nosotros hoy en día.  Si Dios nos llama a un ministerio y si pondremos toda nuestra fe y confianza en Dios para hacer dicho ministerio; podemos hacer para Dios y para los hombres, un hermoso trabajo, que glorifique a Dios y que edifique a los demás; y que nos traiga regocijo a nosotros mismos. Es verdad que no sabemos nada del trasfondo familiar de Elías o de su vida, antes de que su ministerio público empezara. Él aparece súbitamente y así mismo, también desaparece repentinamente de escena. Así pue

Saltando el evento de la muerte.

2 Reyes 2:1-11 El suceso final en la vida de Elías quizás fue el más emotivo de toda su vida. Él fue llevado al cielo sin tener que enfrentar la muerte. La Biblia dice que Elías fue “traspuesto”. Su vida ministerial fue de aproximadamente unos 15 a 20 años, pero lo que fue público y que se conoce de Elías fue mucho más breve que eso. En un momento en que estaba pasando por una gran depresión en su vida, cuando estaba bajo un árbol de enebro, él oró pidiendo la muerte, pero cuando llegó el momento de ser traspuesto, él estaba agradecido de que Dios no le haya contestado aquella petición. La trasposición de Elías, debía ser en un momento designado especialmente por Dios. Mientras tanto Elías tuvo que aprender mucho, sobretodo de la absoluta obediencia a las direcciones de Dios, ya que éstas eran necesarias para lograr la bendición de Dios. Elías empezó su viaje desde Gilgal para luego llegar al lugar de su ascensión, y Eliseo insistió en ir con él. Este viaje involucraba una gr

El hábito de la obediencia

Ester 2 A un centurión romano se le ordenó entregar un mensaje. Para llegar a su destino, tuvo que cruzar varios terrenos peligros. Uno de los soldados bajo su mando, se acercó y le dijo: “señor, si usted trata de entregar este mensaje, le matarán”.  El centurión miró fijamente al joven y le respondió: “soldado, no es necesario para mi vivir, lo único necesario para mi es obedecer”. La Biblia nos hace hincapié en la virtud de obedecer a aquellos que están en autoridad ( Romanos 13:1 ). Pero el respeto a la autoridad comienza en casa. Mardoqueo enseñó a Ester a ser obediente, –una costumbre que ella tuvo hasta que fue adulta- Fue ese habito de obediencia que hizo la diferencia cuando ella necesitó poner su vida en riesgo por todo su pueblo. ( Ester 4:15-16 ). Esta clase de obediencia es la que necesita nuestra vida espiritual. ¿Si no respetamos debidamente a aquellos a quienes podemos ver, cómo esperamos que podemos obedecer a Dios, a quien no podemos ver? De la manera como resp

Pérdida de audición selectiva???

Romanos 11:1-18 ¿Ha oído alguna vez de "la pérdida de audición selectiva"? No sé si la condición médica es válida, pero a veces la he visto. Esta enfermedad consiste en que una persona escucha algunas cosas, pero no otras. Lo que no oye no se debe a claridad o volumen, sino que oye lo que su voluntad quiere. Escucha lo que quiere escuchar y el resto simplemente lo desecha. “pérdida de audición selectiva”. Ahora, ¿alguna vez ha oído hablar de "pérdida de la audición espiritual"? Una vez más, no es un diagnóstico médico que se encuentre en los textos de medicina, pero sí está en la Biblia. Y si bien nos da risa "la pérdida de la audición selectiva," no hay nada de cómico en "la pérdida de la audición espiritual." Esta enfermedad consiste en que si alguien escucha la verdad y no responder a ella, puede llegar el tiempo en que sea incapaz de responder. Jesús habló de esto cuando dijo: "a este pueblo… se les ha embotado los oídos y se les h

¿Qué hago para llegar al cielo?

Romanos 10:1-21 Si alguien podría haber logrado la salvación por sus propios esfuerzos, ese sería Martín Lutero. En 1505, cuando tenía 21 años, abandonó su carrera en Derecho y entró en el monasterio, pero no para estudiar teología; su propósito era salvar su alma. Él se entregó a sí mismo a seguir rigurosamente las formas prescritas para encontrar a Dios. Él ayunó, oró, se dedicó a trabajos de baja categoría, hizo penitencias. En su búsqueda de la salvación, confesó sus pecados, incluso los más triviales, hasta cuatro horas enfrente de sus superiores, cansados de la confesión le ordenaron que se detenga hasta que cometa algún pecado “digno de ser confesado”. Fue el más ejemplar de los monjes, sin embargo, no tenía paz. Lutero trató de cumplir las demandas de la Ley de Dios, de la justicia de Dios, a través hacer buenas obras. Pero, él aun no encontraba paz y seguía indagando y preguntándose ¿qué es lo que me hace justo delante de Dios? ¿Qué tipo de buenas obras pueden venir de

Nuestra confianza está en “nada”.

Romanos 8:22-39 El periódico nos recuerda cada día la incertidumbre de la vida. Cosas suceden que son inesperadas, las fortunas cambian de mano, vidas llegan a su fin inesperadamente, etc. Una de las necesidades básicas de los seres humanos es sentirse seguro, pero los acontecimientos del día nos recuerdan la condición de inseguridad que viene de las incertidumbres de la vida. Simplemente no sabemos lo que sucederá mañana. Es por eso que nos dirigimos a la Biblia. En ella encontramos razones para sentirnos seguros. Estamos seguros de que: • Su objetivo no será frustrado. Puesto que Dios es por nosotros, ninguno puede estar en contra de nosotros (v. 31). • Su generosidad no se apagará. Dado que Él no ha escatimado en dar a su Hijo, Dios no va a negarnos nada que se necesite para nuestro cuidado. (v. 32). • Su perdón no se cancela. Quien quiera acusarnos no podrá tener éxito, puesto que Dios, nuestro juez ya nos ha justificado (vv. 33-34). • Su amor no se rompe. Dios nos ha re

Asuntos de la mente.

Romanos 8:1-21 A veces, nuestras mentes son como la tierra seca, resquebrajada por la erosión, con surcos que canalizan el agua que corre sobre él. Mentalmente, parece que siempre siguen el mismo surco. Siempre seguimos una forma particular de pensamiento, tal vez de ver sólo lo que queremos ver o pensar sólo en lo que queremos pensar. Eventualmente , los valores y los recuerdos se ven obligados a transitar en el mismo surco. Pablo utiliza diferentes imágenes para describir las mentes de las diferentes personas. Él escribió que para algunas personas, sus mentes están preparadas para pensar en base a una naturaleza pecaminosa. Ya que sus mentes están basadas de esa manera, que vivan sus vidas de acuerdo con la naturaleza pecaminosa no es de sorprenderse. En contraste, Pablo escribió, los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu" (v. 5). Si nuestra disposición es hacia las cosas del Espíritu, entonces nuestras vi

Libres del pecado.

Romanos 6:1-23 Un hecho notable acerca de Romanos 6:23 que usualmente pasamos por alto, es que fue escrito para creyentes. A menudo lo utilizamos para decirle a no creyentes acerca del regalo de Dios de la salvación, pero Pablo lo escribió para la iglesia. Con demasiada frecuencia, el significado del texto se pierde porque pensamos sólo en términos de cómo se aplica a no creyentes. En este capítulo, Pablo nos está diciendo "cómo decir no al pecado". Una de las razones se encuentra en estos versículos. Hemos sido liberados del pecado; hemos dejado de ser esclavos del pecado. En el pasado, el amo que quien servíamos fue el pecado. Pablo deja claro que eramos esclavos del pecado, pero también deja claro que ahora hemos sido liberados por Cristo. Nuestro amo y maestro ahora es Dios. La pena por el pecado, al que anteriormente servíamos, es la muerte. Ahora, la perspectiva del creyente es a la vida. Antes se trataba de un "salario" que ganábamos. Estábamos destinados a

Suficiente para cada día.

1 Reyes 17:1-16 Porque Elías era un hombre como nosotros, sin duda, se preguntaría ¿qué Dios tenía para que él pudiese pasar por esa sequía?, cuando vio que el arroyo comenzaba a secarse. Siendo que Elías confiaba en Dios, obviamente creía que la ayuda llegaría de una manera u otra. Dios no envió inmediatamente un repentino vendaval de lluvia a ese vecindario, ni le proporcionó milagorsamente una fuente de agua en ese lugar. En lugar de ello, Elías tuvo que levantarse e ir a Sarepta y quedarse allí. Sólo una viuda le daría algo de comida para él en Sarepta. Pocos de nosotros se han enfrentado a situaciones tan extremas como este viuda estaba experimentando. Parece como si cada día enfrentaba una hambruna tremenda, pero también cada día experimentaba una fe tal, que confiaba en Dios para satisfacer sus necesidades. El resultado fue que ella y su casa "comerían muchos días" (1 Reyes 17:15). Dios no suministra un año en un momento, pero sí lo hace un día a la vez. Esto es lo que