En unas breves, pero muy acertadas frases, Job es descrito en los primeros versículos de este libro: “Hubo en tierra de Uz, un varón llamado Job, y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. (Job 1:1)
Primeramente, se dice de él que era “perfecto”. Esta palabra no se refiere a que él nunca pecaba, sino que se refiere a que Job deseaba de todo corazón agradar a Dios.
En segundo lugar, Job es descrito como un hombre “justo”. Él tenía una buena relación con otros seres humanos, la cual se debía a que tenía una buena relación con Dios. Él era un hombre con una muy inusual devoción.
En tercer lugar, Job fue un hombre temeroso de Dios. En el contexto del Antiguo Testamento, se refiere a un hombre que tiene una confianza reverencial de Dios, acompañada de un odio al mal. “El temor de Dios es el principio de la sabiduría” (Salmo 111:10; Proverbios 9:10). Con esa confianza en Dios, crece una sensibilidad al pecado para reconocerlo y odiarlo.
En cuarto lugar, Job fue un hombre que evitó el mal, lo cual significa que se aparta del pecado. Él se abstiene del mal y lo rechaza. Su manera de vida correspondía a su relación con Dios.
A través de confiar en Jesucristo, hemos sido limpiados del pecado. La culpa que nos ocasionaba el pecado, fue removida; y ahora somos considerados como justos a los ojos de Dios.
Nacemos de nuevo, pero ¿nuestra conducta frente a otras personas indica que nuestra relación es ante Dios?, la conducta de Job, lo hacía.
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13)
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.comTomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org