Hay un himno que cantábamos en la iglesia hace mucho tiempo cuando era un adolescente. Ese himno usted lo acaba de escuchar… “Hay un canto nuevo en mi ser”. En ese tiempo estaban apareciendo todos esos movimientos modernos de “adoración” y “alabanza”…
Cantos modernos, en algunos casos más movidos y en otros casos más pausados. Algunos en la iglesia gustaban de los himnos más tradiciones, a otros les gustaban aquellos cantos nuevos. Pero ¿Cuál es el contenido de esos cantos? Creo que la disyuntiva va a estar siempre. Pero en lo que a mi respecta, cuando era un adolescente de la iglesia, se usaba mucho esa frase “Cántico Nuevo” para decir que era hora de cambiar e introducir nuevas canciones en el repertorio de la iglesia. Hasta ese momento yo pensaba así. Pero poco a poco fui comprendiendo que “cántico nuevo” no significa que debemos actualizar el repertorio de la iglesia, va mucho más allá de eso.
Que haya un canto nuevo en nuestro ser, va por el mismo camino que nuestra vida espiritual. A veces se ha terminado el gozo que sentíamos cuando por primera vez servíamos a Dios, o el gozo que experimentábamos cuando hacíamos grandes ministerios para Dios. Pero después de un tiempo, ese gozo, se fue apagando, se fue extinguiendo. ¿Es que mi vida espiritual se volvió una rutina?
Quizás algunos pensarán ¡es que el hermano ya no tiene gozo al servir porque está en pecado!, otros podrían decir ¡se fue el gozo porque en su vida cristiana se ha alejado de Dios! Puede ser cualquier cosa, pero creo que el gozo en la vida cristiana, va de la mano con abrir nuestros ojos espirituales y ver la misericordia de Dios.
El salmo 89:1-4 (Psalm 89:1-4) nos da una luz más certera en cuanto a lo que debe ser la razón de que exista constantemente un motivo de gratitud y alabanza a Dios. Dice el versículo 1 “Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente…” “Un cántico nuevo” consiste en que siempre existe una nueva razón por la cual cantar a Dios”.
Fíjese en el versículo 3 (Psalm 89:3), Dios dice allí: “Hice pacto con mi escogido…” y en el versículo 4 (Psalm 89:4) dice: “Para siempre confirmaré tu descendencia”. ¿Por qué Dios escogió a David?… Solo Dios tiene la respuesta. ¿Por qué Dios me escogió a mi?, de la misma manera, “solo Dios sabe porqué”.
Cuando leemos la historia de cómo David fue ungido rey allá en 1 Samuel 16:11-13 (1 Sam 13:11-13), todos sabemos que Samuel buscaba al más alto, quizás al más fornido, quizás al más inteligente. Pero Dios le dijo que no se fijara en lo exterior sino que ÉL se fijaba en el corazón. Pienso, ¿qué estaba haciendo David esa mañana?, ¿en qué andaba?, ¿qué había en su cabeza?, ¿cuáles eran sus pensamientos ese día?. La Biblia no nos dice nada acerca de eso, solo nos dice que entre Samuel e Isaí (Padre de David) había una conversación: “¿no tienes otro hijo más, porque ninguno de estos es el que Dios ha escogido?”. Fue así que mandaron a llamar al menor y entonces David apareció y fue ungido rey.
¿No le parece que la misericordia de Jehová es nueva cada mañana?. Dios decide bendecirnos, porque él quiere y no porque nosotros tengamos una virtud especial. Dios decide en su soberanía tener misericordia de nosotros este día, y hacer un pacto eterno con nosotros, sólo porque así lo quiso ÉL.
Pues creo que esa es razón suficiente para cada día tener “una nueva razón para alabar el a Dios”. Mi vida no iba para ningún lado bueno, hasta que una mañana Dios quiso hacer un pacto conmigo. Así que sea con un himno antiguo o con una de esas canciones nuevas, le adoraré y le agradeceré. Dios no está esperando nuevas composiciones musicales en la iglesia, Dios está esperando que apreciemos diariamente la misericordia que ÉL tiene, y por eso le adoremos.
En este instante, le invito a que piense en una razón reciente por la cual usted debe alabar a Dios, y cante con su corazón una alabanza a Dios, hoy mismo.
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” Lamentaciones 3:22-23.
Por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Todas las citas son de Reina Valera, revisión 1960, a menos que se indique lo contrario.