Job era un hombre fuera de lo común. Él hizo muchas cosas nobles. Estaba pendiente en varias maneras. Él era la clase de hombre que, una vez humillado delante de Dios, podía confiar con más responsabilidad.
Las Escrituras dice que la persona que es fiel en pequeñas cosas, será fiel en cosas mayores. (Mateo 25:23; Lucas 16:10). Pero el orgullo de Job aún estaba evitando que él disfrute lo mejor que Dios le tenía preparado.
No era una decisión fácil para Job, pedirle a Dios que le pese en balanza. Job era un hombre casto, temeroso de Dios, honesto y sincero. Él estaba dispuesto a poner sus virtudes en balanza, al igual que quería que su adversario pusiera sus acusaciones en el otro plato de la balanza; para que Dios observe y dé un veredicto final.
Job pensaba que, siendo que él siempre honraba a Dios, todo se inclinaría a su favor. Él estaba seguro que Dios siempre le daría SU favor. Esta fue su apreciación personal del asunto. Sin embargo, nadie puede estar absolutamente seguro de contar con el favor de Dios, debido a cualquier cosa que haga para ÉL. Mientras más tengamos en cuenta de nuestra debilidad y pensemos en la naturaleza pecaminosa como un asunto sobre el cual Dios debe dominar, mejor oportunidad tenemos de que Dios nos use. Entonces debemos ceder nuestra vida a Dios, para que haga lo que ÉL quiera con nosotros y a través de nosotros.
“… y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria”. (1 Tesalonicenses 2:12)
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.comTomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org