Ir al contenido principal

¿Qué puedo hacer cuando me enojo?

Efesios 4:17-27

Es evidente que debemos enojarnos con el pecado y odiar todo lo que nos separa de Dios o que nos haga perder la comunión con ÉL.

Esto significa que habrán tiempos cuando odiemos lo que otros hagan en contra de la Palabra de Dios. Dicha ira puede ser referida a nosotros como “justa indignación”.

Sin embargo, cuando dejamos que la ira haga nido en el corazón, entonces ese creyente ha sido dominado por el pecado; y proyecta ese pecado en una mala actitud hacia otros.

En Efesios 4:26 Pablo advirtió que permitir un fuego de resentimiento que permanezca en el corazón de alguno puede convertirse en un incendio: “que no se ponga el sol sobre vuestro enojo”.

Debemos hacer que en nuestra practica diaria, nunca nos retiremos sin estar seguros que hemos confesado pecados de actitud o acciones, “porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:20).

Jesucristo estuvo enojado con aquellos quienes resistieron a Dios. ÉL los llamó a los fariseos y saduceos “generación de víboras” (Mat. 3:7). A los escribas y fariseos los llamó “hipócritas” (Mat. 23:14).

En otra ocasión ÉL hizo un azote de cuerdas y expulsó a los cambistas del templo. (Jn. 2:13-16).

Aunque el Señor Jesucristo fue capaz de enojarse sin pecar, es difícil para nosotros el no enojarnos. Eso es el por qué Pablo dio el mandamiento en Efesios 4:26.

Nuestra ira debe ser expresada cuando el nombre de nuestro Dios es tocado en vano o cuando ÉL es blasfemado, pero debemos tener cuidado de no caer en pecado en la forma en la que reaccionamos ante cualquier incidente. Si hablamos palabras altisonantes o amargamos a alguien, entonces hemos pecado y ese pecado necesita ser confesado a nuestro Dios.

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. (Santiago 1:19-20).

 

 

Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Tomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org

Entradas más populares de este blog

Familia Luzuriaga - Gracias a Dios - Thanksgiving season

[English after Spanish] [ Download a printable copy - Descargue para imprimir ] Boletín 09 – noviembre 2019 Comenzamos esta publicación, agradeciendo a todos los que están orando por la difícil situación que está enfrentando Chile.  Al hablar con nuestros familiares allá y con nuestra iglesia enviadora , nos damos cuenta de la gravedad de los hechos.  Oramos para que Dios tenga misericordia de nuestro país y Chile vuelva sus ojos a Cristo.  Hoy, más que nunca, debemos orar por las autoridades y nuestros hermanos alrededor del mundo.  Vemos con tristeza, cómo el mundo va de mal en peor; "Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" 2 Pedro 3:13 Aún en medio de todo el caos político y social, agradecemos a Dios por todas las oportunidades de servirle que nos ha dado durante estos 11 meses en Ecuador.  Sin duda, nosotros hemos sido tremendamente bendecidos al enseñar y compartir con...

El hábito de la obediencia

Ester 2 A un centurión romano se le ordenó entregar un mensaje. Para llegar a su destino, tuvo que cruzar varios terrenos peligros. Uno de los soldados bajo su mando, se acercó y le dijo: “señor, si usted trata de entregar este mensaje, le matarán”.  El centurión miró fijamente al joven y le respondió: “soldado, no es necesario para mi vivir, lo único necesario para mi es obedecer”. La Biblia nos hace hincapié en la virtud de obedecer a aquellos que están en autoridad ( Romanos 13:1 ). Pero el respeto a la autoridad comienza en casa. Mardoqueo enseñó a Ester a ser obediente, –una costumbre que ella tuvo hasta que fue adulta- Fue ese habito de obediencia que hizo la diferencia cuando ella necesitó poner su vida en riesgo por todo su pueblo. ( Ester 4:15-16 ). Esta clase de obediencia es la que necesita nuestra vida espiritual. ¿Si no respetamos debidamente a aquellos a quienes podemos ver, cómo esperamos que podemos obedecer a Dios, a quien no podemos ver? De la manera como ...