Ir al contenido principal

Jesús quiere…

Cuando un hombre o una mujer se acercan a Dios, pensamos que ÉL siempre nos recibirá ya que hemos aprendido que Dios está siempre dispuesto a aceptarnos. Sabemos que Dios nos ama, sabemos que Dios nos busca y que ÉL quiere tener una relación con nosotros. Pero este conocimiento a veces se transforma en una licencia para simplemente pensar que nosotros la controlamos o manejamos esta “relación”. Cuando queremos nos acercamos a Dios y cuando queremos nos alejamos de ÉL.

Leamos en el evangelio de Mateo en 8:1-4 (Mat. 8:1-4) y observemos que es Dios el que tiene el sartén por el mango. La proposición del leproso es: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”, a lo que Jesús le responde: “Quiero”.

Cuán a menudo pensamos en que nosotros hacemos un favor a Dios al dedicar algo de “nuestro” tiempo, o algo de “nuestro” dinero, o algo de “nuestra” vida a Dios. Suena como que nosotros le decimos: “Señor si quiero iré hoy a la iglesia”, o “si quiero hoy voy a leer la Biblia”, o “Señor, si quiero, hoy voy a dar mi ofrenda en el plato de la ofrenda en la iglesia”… !Qué equivocados estamos!.

No debemos olvidar que Dios es el dador de la vida (1 Tim. 6:3), y que es ÉL, el que envió a Jesucristo para arreglarnos la vida y bendecirnos (Jn 3:16).  Si entendemos eso, no nos puede quedar la menor duda de que Dios es el más interesado en acercarse a nosotros y buscar nuestra salvación y nuestra bendición. Ninguno de nosotros fue el que primero buscó a Dios, sino que Dios envió a Su Hijo Jesús, a morir por nosotros cuando todavía no queríamos tener nada que ver con Dios (Rom. 5:8), cuando aún el pecado reinaba en nuestro ser.

La lepra, en este pasaje, representa el pecado, y hay una sola forma de limpiarnos de ese pecado. Debemos preguntar a Dios: Señor, si quieres, límpiame; si quieres lávame con la Sangre de Cristo. No olvidemos que quien tomó la iniciativa de la salvación es Dios y que Cristo pagó el precio de nuestra redención. Es la sangre de Cristo la que aún corre por el madero de la cruz, para que si hay una persona que diga “Señor, si tu quieres, puedes perdonarme y salvarme”.

No olvidemos que Jesús quiere, pero ¿tú quieres pedirle que te limpie?.

Pídale hoy a Jesús que le perdone y limpie su vida. Pídale a Cristo-Jesús que cambie hoy la historia de su vida.

 

 

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:8-10. 

 

 

Por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Todas las citas son de Reina Valera, revisión 1960, a menos que se indique lo contrario.

Entradas más populares de este blog

Manténgase siempre con la armadura.

Efesios 6:10-18 La armadura no es para ponerse y quitarse periódicamente, sino para llevarla siempre puesta. La armadura en realidad es una actitud de fe, por eso, es algo que nos ponemos una sola vez  y por un acto de la voluntad. Mientras maduramos en nuestra vida cristiana, descubriremos áreas en nuestra vida en las cuales nuestra fe no es fuerte tanto como debería ser; esto es, la armadura es débil en cierto lugar. En ese momento, nuestra responsabilidad es acudir a la Palabra de Dios para estudiar Sus promesas que tienen que ver con dicha área de nuestra debilidad, de tal modo que nuestra fe sea fortalecida. Note el paralelo entre Efesios 6:11 “ vestíos de toda la armadura de Dios ” y Romanos 13:14, “ vestíos del Señor Jesucristo ”. La provisión de Dios para alcanzar la victoria está en la Persona del Señor Jesucristo y a través de la Palabra de Dios. En cuanto a vestirnos del Señor Jesucristo, debemos recordar que la Palabra Viva (Jesucristo) es revelada a través de la

Feliz Navidad a todos mis hermanos

  Queridos hermanos y hermanas en Cristo Queremos agradecer a Dios por todo lo que nos ha permitido vivir y servir durante este año. Vivimos cambios importantes en nuestra vida,  Dios se glorificó dándonos las fuerzas, la salud, el ánimo y la visión para seguir adelante en el pastorado de la Iglesia Bíblica Bautista Cordillera. Por la gracia de Dios este año ya tenemos un terreno para nuestra congregación y para levantar nuestro templo. Le damos la gloria y las gracias a Dios. Gracias a Dios tuvimos el 40% del costo del terreno para pagar en efectivo como pié. Ahora tenemos un compromiso de pagar el 60% en 4 años. Rogamos que nos ayuden con sus oraciones para que mes a mes podamos hacer los pagos y que el nombre de nuestro Gran Dios sea glorificado y su poder sea exaltado ante todos. Gracias a Dios por este primer paso. Confío que pronto entraremos en la etapa de construcción. Anhelamos un templo en donde podamos congregarnos pronto y así glorificar a Dios en el lugar que ÉL no