Ir al contenido principal

10 Secrets Many Senior Pastors Keep.

 

by Ron Edmonson.

I get to hang out and know many senior pastors. I have a great heart for them and understand, firsthand, some of the pressures, frustrations, and joys which are unique to the role of a senior pastor. In my recent blog survey, over half my readers are in ministry and half that number are senior leaders.

After sharing these points at a conference for executive pastors I was asked to give my perspective as a senior pastor, since each of them report to one. I have revised some of them and added a couple, so I decided to share it again.

Here are 10 “secrets” about many senior pastors:

1. Leading from this position is overwhelming at times. We know Christ is ultimately in charge, but we also know it often seems everyone looks to us to have all the answers.

2. People tell the senior pastor all kinds of things about what is happening in their life or in the lives of others…many we would sometimes rather not know…and sometimes the weight of others problems we carry is enormous.

3. Most pastors walk with a degree of uncertainty, which keeps us in prayer, but also makes us question our abilities at times. It makes depression common for many senior pastors. (Need a Biblical example…see 1 Kings 19.)

4. Many senior pastors fear the possibility of failing in their role, so they thrive on the encouragement and prayers of others.

5. Sometimes we allow insecurity to cause us to become overprotective of our reputation and our position.

6. We face the same temptations and occasional spiritual dryness as everyone else. This means we need accountability, but are often afraid to seek it.

7. Our spouse is sometimes the loneliest person in the church and often feels extreme pressure to live up to unrealistic expectations.

8. Loneliness can exist for all leaders and many pastors suffer from it.

9. We seldom know whom we can trust, which is why we become guarded and appear hard to get to know. Most senior pastors have been burned by someone they once trusted.

10. We suspect the staff, church leaders, and congregation sometimes talk about us behind our back.

Granted, not every pastor faces each of these (that’s why I said “many”) and I happen to be in an extremely healthy church, but even still, some of these are real for me at times. Other pastors, for reasons on this post, will not want you assuming these things about them. In talking with dozens of senior pastors each year, I know this is a representative list for "many."

Senior pastors find joy in our work and, thankfully, most of us know we are in the center of God’s will vocationally. I don’t intend to take anything away from that in this post. We serve in a called position, so we are doing what we have been asked of God to do. When I share any post like this, however, I have come to expect a lecture on the need to depend on Christ for these issues, which only further demonstrates my points.

Senior pastors are to fully rely on Christ’s strength, as is every other believer. This is just a reminder that we happen to also be like Elijah…"a man just like us" (James 5:17).

Pastors, anyone honest enough to agree?

 

________________________________

Tomado de:

http://www.sermoncentral.com/pastors-preaching-articles/ron-edmondson-10-secrets-many-senior-pastors-keep-1127.asp?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=BetterPreachingUpdate

Entradas más populares de este blog

Nuestra confianza está en “nada”.

Romanos 8:22-39 El periódico nos recuerda cada día la incertidumbre de la vida. Cosas suceden que son inesperadas, las fortunas cambian de mano, vidas llegan a su fin inesperadamente, etc. Una de las necesidades básicas de los seres humanos es sentirse seguro, pero los acontecimientos del día nos recuerdan la condición de inseguridad que viene de las incertidumbres de la vida. Simplemente no sabemos lo que sucederá mañana. Es por eso que nos dirigimos a la Biblia. En ella encontramos razones para sentirnos seguros. Estamos seguros de que: • Su objetivo no será frustrado. Puesto que Dios es por nosotros, ninguno puede estar en contra de nosotros (v. 31). • Su generosidad no se apagará. Dado que Él no ha escatimado en dar a su Hijo, Dios no va a negarnos nada que se necesite para nuestro cuidado. (v. 32). • Su perdón no se cancela. Quien quiera acusarnos no podrá tener éxito, puesto que Dios, nuestro juez ya nos ha justificado (vv. 33-34). • Su amor no se rompe. Dios nos ha re...

¿Considero mi muerte ahora?

Romanos 6:11-14 La consideración se basa en una verdad absoluta. No podemos considerar algo como verdad, si no es realmente verdad. Es cierto que Cristo murió por nosotros y que cuando creemos en ÉL como Salvador, nosotros morimos como ÉL. Eso es un hecho. Y en que ÉL vive, y nosotros también vivimos. Esto también es un hecho. Así la consideración está basada en hechos reales y no en experiencias personales. Yo no me considero a mi mismo como muerto al pecado porque me siento muerto. Tampoco me considero vivo para Dios, porque me siento vivo. La experiencia es importante cuando le damos su lugar y la ocupamos en el lugar que debe ser ocupada. Pero la experiencia no determina la verdad. Así que, sabiendo lo que es verdad, debemos considerar la verdad; y luego vendrá una apropiada experiencia en base a la verdad que conocemos. Quizás usted diga: “Pero yo le fallo a ÉL, aún después de contar con el hecho de que he muerto al pecado; por lo tanto no debo estar muerto al pecado”. N...

Tu deuda con el Espíritu Santo

Romanos 8:6-17 No es pecado el ser tentado, pero sí es pecado dejarse llevar y ceder a la tentación. Así que en el momento en que llega la tentación, es hora de aplicar Romanos 8:13 “hacer morir las obras de la carne, por el poder del Espíritu Santo” Note que es solamente a través del Espíritu Santo que efectivamente lo podemos hacer. Esto nos llama a tener una nueva actitud. Debemos reconocer que somos responsables por nosotros mismos. No podemos eludir nuestra responsabilidad simplemente diciendo: “bueno, es trabajo del Espíritu Santo, así que yo no soy responsable” El Espíritu Santo no va a trabajar, ni puede trabajar si nuestras mentes no están determinadas a odiar el pecado y rechazar lo que nuestra naturaleza pecaminosa nos incita a hacer. No es simplemente un asunto de sentimiento el odiar el pecado, sino que es una determinación de nuestra voluntad. La mente es el asiento de la voluntad, y debemos usar nuestra capacidad de pensamiento para elegir entre lo que es bueno...