Necesitamos pensar seriamente si somos buenas ilustraciones de lo que enseñamos.
Enseñamos a la gente que no debemos robar, pero ¿robamos?. Quizás nunca robemos un banco, pero ¿somos culpables de retener dinero que le pertenezca a los demás?, ¿somos totalmente honestos en declarar nuestros impuestos?
Robar involucra mucho más que solo dinero, también involucra tiempo. ¿Estamos robando el tiempo de Dios, cuando hacemos cosas o nos involucramos en actos que Dios realmente nunca ha demandado de nosotros?
¿Estamos poniendo a Dios en primer lugar en nuestras vidas, no solo en lo que concierne en nuestras finanzas o nuestro tiempo? O, ¿le estamos dando a Dios nuestras finanzas y tiempo que nos sobra?.
Nunca debemos pensar que una vez entregado algo de dinero y tiempo a Dios, el resto es nuestro y que podemos hacer lo que queramos y como lo queramos. Todo lo que tenemos pertenece a Dios, así que siempre debemos considerar a Dios en todos nuestros planes futuros y en la administración de nuestro dinero.
Cada uno de nosotros necesita venir ante Dios con un corazón abierto y pedirle a ÉL lo que David pidió: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”. (Salmo 139:23,24).
Dios ha dado a los creyentes la responsabilidad de esparcir el Evangelio a todo el mundo, y necesitamos usar todo lo que esté a nuestro alcance para cumplir esta tarea. Cuan serio será si, cuando estemos delante del Señor, debamos admitir que lo que hicimos es mucho menos de lo que podíamos haber hecho.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. (1 Juan 1:8).
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.comTomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org