La lección que Dios tiene para nosotros en este pasaje es que no podemos cumplir los mandamientos en su totalidad cuando lo hacemos con nuestros propios esfuerzos. Solo pueden ser guardados cuando aceptamos a Cristo como Salvador.
Entonces, a través del Espíritu Santo que vive en nosotros, la vida de Cristo se cumple enteramente en nosotros.
El nacimiento de Ismael fue totalmente un plan humano. Dios no tuvo nada que ver con eso. Lo que viene de la carne no le agrada a Dios, ÉL no lo acepta.
Ismael fue un niño nacido de la carne, y siendo que su madre fue una esclava, él también era un esclavo.
Con Isaac fue enteramente diferente. Él nació de una madre libre. Su nacimiento fue a causa de la obra de Dios.
Así que, el punto importante aquí, es que somos aceptados, a través de la fe en Cristo, y pasamos a ser de la familia de Isaac. Somos los hijos de la promesa, nacidos a través del poder divino de Dios y no de esfuerzos humanos.
Hay una fuerte tendencia, de parte de aquellos que insisten que la ley es necesaria para la salvación, de perseguir y condenar a aquellos que creemos que la salvación es solamente por fe. Aquellos que insisten en la ley dicen que los que predicamos la gracia estamos abriendo las puertas a que la gente cometa más pecado.
Pero esto no es así. La gracia no da a la gente licencia para pecar. Nos enseña a negar la impiedad y los deseos mundanos, y vivir en este mundo sobria y justamente. Así que, si la oposición y hasta la persecución vienen, debemos estar listos para hacerles frente.
Pero ¿cual debe ser nuestra actitud en cuanto a esta enseñanza de ley y gracia?. ¿Vamos a dejar que los que enseñan la ley sigan adelante, y nosotros vamos a guardar silencio?
La respuesta de la Biblia es: “Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre” (Gal. 4:30). Estos dos no se mezclarán nunca. Somos salvos por gracia. No estamos más bajo la esclavitud de la ley. La debemos echar de nuestras vidas.
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. (Gal. 5:1).
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Tomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org