Es posible para un creyente estar en una situación donde no pueda obedecer una ley del gobierno, pero de todas maneras tenga que estar bajo dicha ley.
Sumisión se refiere a nuestra actitud en cuanto a cómo respondemos interiormente a aquellos que están como autoridad; mientras que obediencia se refiere a nuestras acciones visibles y tiene que ver con cómo respondemos externamente a aquellos en autoridad.
Por ejemplo, a Pedro y Juan, las autoridades del gobierno de aquella época, les prohibieron predicar en el nombre de Jesucristo. (Hechos 4:18 – Acts 4:18). Ellos no podían obedecer estas instrucciones porque las órdenes de Jesús de proclamar el evangelio suprimían las órdenes de los sacerdotes.
Sin embargo, más tarde los apóstoles fueron sometidos al castigo que el gobierno ordenó para ellos. (Hechos 5:18-20 / Acts 5:18-20). Ellos no obedecieron a las órdenes del gobierno, pero sí se sometieron al poder del gobierno.
Cuando fueron confrontados con su desobediencia, (Hechos 5:28-29 / Acts 5:28-29), Pedro y los otros apóstoles respondieron: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. A través de esto vemos su sumisión por su disposición a obedecer tanto como sea posible.
Un contraste entre sumisión y obediencia también se ve en Hechos 5:40-42: “Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”.
“Por causa del Señor someteos a toda institución humana,…” (1 Pedro. 2:13).
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Tomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org