En nuestras relaciones con otras personas, necesitamos estar seguros de que no les robemos. Debemos ser honestos en los negocios, en las transacciones y ser fieles en dar el servicio por el cual nos han pagado o hacer el trabajo por el cual nos han contratado.
Si nos pagan por un mes completo de trabajo, le robamos a nuestro empleador si no trabajamos para él todo el mes. Aun hasta un descanso muy largo para una taza de té o café es una pequeña manera de robarle a nuestro empleador.
La Biblia dice “…procurad lo bueno delante de todos los hombres” (Rom. 12:17) Cada creyente necesita auto-examinarse para estar seguros de que uno no está robando a Dios o a otros.
La Biblia dice: “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. (2 Cor. 5:9-10)
No podemos esperar que Dios nos recompense si hemos robado tiempo y dinero que debía haberse usado para ÉL.
En contraste a robar, Pablo dijo: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:28).
Note que hay un propósito para el trabajo, y ese propósito es que el creyente pueda estar dispuesto a ayudar a otros. El creyente es uno que genuinamente se interesa por otros; y mientras más se interese, más quiere dar para ayudarlos en sus necesidades.
“No hurtarás” (Éxodo. 20:15).
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Tomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org