Un incrédulo vive una vida espiritual aislada. mientras que nosotros, estando juntos, somos miembros del cuerpo de Cristo (Efesios 5:30) y tenemos responsabilidades el uno para con el otro.
Efesios 4:25 dice: “…somos miembros los unos de los otros” Por eso, los creyentes llenos del Espíritu Santo tratan a sus hermanos cristianos como ellos se tratan a sí mismos.
No estamos para ser dominantes, sino para reconocer que Cristo es el Señor de todos. Eso es a lo que se refiere cuando se dice que debemos tener un espíritu sumiso. Si mutuamente deseamos hacer la voluntad de Dios, el Espíritu Santo nos dará una armoniosa relación entre todos nosotros.
Debemos someternos a otros “en el temor de Dios”, el cual es un temor reverente que cada creyente debe saber y debe tener en torno a deshonrar o desagradar a Dios con las cosas que hagamos, digamos, pensemos, etc.
Porque todo lo que Cristo ha hecho por nosotros, nuestro deseo debe ser el de agradarle con lo que hacemos. Mientras que nos sometemos a ÉL y a otros hermanos, el demonio no tendrá oportunidad de afectar nuestras vidas. Efesios 4:27 dice a los creyentes: “no deis lugar al diablo”.
Dios nos da la gracia que se necesita para resistir a la tentación de quebrar la armonía entre los creyentes: “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. (Santiago 4:6-7).
Cuando mantengamos esta clase de relación con Cristo, a través del Espíritu Santo, entonces tendremos la base apropiada para sostener otras relaciones en la vida, algunas de ellas se mencionan en Efesios 5.
“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. (1 Cor. 12:27)
Traducido y adaptado por David Luzuriaga -www.familialuzuriaga.blogspot.com Tomado de Strength for the Journey, by Theodore Epp. Copyright © 2007 The Good News Broadcasting Association, Inc. (Back to the Bible) Lincoln, Nebraska, USA. Used by permission. All rights reserved www.backtothebible.org